sábado, 29 de octubre de 2016

Domingo XXXI del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 19, 1-10) – 30 de octubre de 2016

Evangelio de Lucas 19:1-10

19 Jesús entró en Jericó y comenzó a atravesar la ciudad. Vivía allí un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. Éste quería conocer a Jesús, pero no conseguía verlo porque había mucha gente y Zaqueo era pequeño de estatura. Por eso corrió adelante y, para alcanzar a verlo, se subió a un árbol cerca de donde Jesús tenía que pasar. Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y le dijo:
—Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa.
Zaqueo bajó aprisa, y con gusto recibió a Jesús. Al ver esto, todos comenzaron a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en la casa de un pecador. Zaqueo se levantó entonces y le dijo al Señor:
—Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.
Jesús le dijo:
—Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. 10 Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.


domingo, 23 de octubre de 2016

Domingo XXX del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 18, 9-14) – 23 de octubre de 2016

Lucas 18,9-14
A unos que alardeaban de su propia rectitud y despreciaban a todos los demás, Jesús les contó esta parábola:
–En cierta ocasión, dos hombres fueron al templo a orar. Uno de ellos era un fariseo, y el otro un publicano. El fariseo, plantado en primera fila, oraba en su interior de esta manera:
«¡Oh Dios! Te doy gracias porque yo no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago al templo la décima parte de todas mis ganancias».
En cambio, el publicano, que se mantenía a distancia, ni siquiera se atrevía a levantar la vista del suelo, sino que se golpeaba el pecho y decía: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, que soy pecador».

Os digo que este publicano volvió a casa con sus pecados perdonados; el fariseo, en cambio, no. Porque Dios humillará a quien se ensalce a sí mismo, pero ensalzará a quien se humille a sí mismo.

sábado, 15 de octubre de 2016

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 18, 1-8) – 16 de octubre de 2016

Lucas 18, 1-8


18 Jesús les contó una parábola para enseñarles que debían orar siempre, sin desanimarse. Les dijo: «Había en un pueblo un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. En el mismo pueblo había también una viuda que tenía un pleito y que fue al juez a pedirle justicia contra su adversario. Durante mucho tiempo el juez no quiso atenderla, pero después pensó: “Aunque ni temo a Dios ni respeto a los hombres,sin embargo, como esta viuda no deja de molestarme, la voy a defender, para que no siga viniendo y acabe con mi paciencia.”»

Y el Señor añadió: «Esto es lo que dijo el juez malo. Pues bien, ¿acaso Dios no defenderá también a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Los hará esperar? Les digo que los defenderá sin demora. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará todavía fe en la tierra?»

domingo, 9 de octubre de 2016

Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 17, 11-19) – 9 de octubre de 2016

Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 17, 11-19) 

Lucas 17, 11-19
En su camino a Jerusalén,  pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea.   Y llegó a una aldea, donde  le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra,  los cuales se quedaron lejos de él   gritando:
—¡Jesús, Maestro, ten compasión  de nosotros!
  Cuando Jesús los vio,  les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes.
Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad.   Uno de ellos, al verse limpio,  regresó alabando a Dios a grandes voces,   y  se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el  suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria.   Jesús dijo:
—¿Acaso no eran diez los que quedaron  limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros  nueve?   ¿Únicamente  este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?

domingo, 2 de octubre de 2016

Domingo XXVII del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 17, 5-10) – 2 de octubre de 2016

Lucas 17, 5-10

Dijeron los apóstoles al Señor; Auméntanos la fe. El Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: Arráncate y plántate en el mar, y os habría obedecido. ¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: Pasa al momento y ponte a la mesa? ¿No le dirá más bien: Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú? ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer.

Reflexiones: José Antonio Pagola    Hermann Rodríguez, sj.